Podemos decir que no hace mucho tiempo que toda clase de padres empezaron a interesarse por una sesión newborn. Apenas un par de décadas de recorrido tiene este estilo de fotografía desde que se popularizase a principios de los 90. Sin embargo, es hoy en día cuando ha conseguido una mayor aceptación y demanda.
Newborn es una sesión fotográfica que se realiza a un bebé recién nacido en sus primeras semanas de vida. Normalmente, lo habitual es que sea en sus primeros 15 días en los que el pequeño duerme plácidamente durante gran parte del día.
En nuestra experiencia, podemos contaros que se trata de una sesión realmente especial. En las dos primeras semanas, lo normal es que los padres tengan multitud de instantáneas de sus bebés de toda clase: en brazos, primeros planos, con los abuelos, con los hermanos mayores… Pero al apostar por newborn se está haciendo por una fotografía cuidada, distinta, profesional.
Una sesión newborn tiene que ser programada con mucha antelación. En las primeras semanas de vida, los padres se ven desbordados por todos los cuidados que requiere un pequeño. Por eso, es preciso tener bien anotado cuándo será, cuánto tiempo va a durar, cuánto tiempo necesitaremos para prepararnos o tratar de conjugarla con las necesidades de alimentación y sueño del pequeño.
Como especialistas, lo ideal siempre será adecuarse al ritmo del niño. Por ello, si hay que parar, se para. Si hay que cambiar algún pañal, se hace. Si llora, se detiene todo hasta que vuelva a estar calmado.
Por otro lado, desde Palmabodas, como expertos en sesión newborn, queremos hablar sobre otro pequeño detalle realmente importante: la seguridad. ¿A qué padres no les preocuparía que su recién nacido estuviera seguro en todo momento?
Por suerte, estamos en manos de verdaderos especialistas con amplia experiencia en este campo. Por eso, aunque puedas ver posturas realmente increíbles, casi siempre suelen realizarse a partir de montajes con dos o más fotografías diferentes. Además, también se prestará especial atención a sus extremidades, sus manos o pies y, por supuesto, su cabeza.
Además, absolutamente siempre tendremos al bebé al alcance de la mano y vigilado en todo momento por, al menos, una persona, ya sea un padre o un asistente. De esta manera, los estirones o reflejos involuntarios que pudiera realizar, no nos pillarán desprevenidos.
